18 junio, 2006

No me salvas (poema sobre poema), por Mamen Somar

Donde el viento mece la espera, donde la tarde oscila sin miedo a ser digerida por la oscuridad, ahí se encuentra mi orilla.

Es ahora cuando mi pecho se despoja de la armadura, en esta corriente que se dilata a escondidas, alumbrando al fondo, tu mirada triste. La humedad acierta sin miedo, solloza sin llanto y la jara se descalza, hunde sus pies blancos en la tierra para invadir la memoria con su aroma.

Tus dedos ya no lían en los recodos y en las curvas.

Sólo agua entre tanta soledad... Me faltas.

Permanecen las huellas, pétalos que emergen en cenizas.

Alborotas mi ansia. Eres la medida de todas mis letras y el saberlo atraviesa el pecho despacio, gota a gota, de parte a parte.

Entregada al río que refleja entre semillas tu rostro, soy un cuerpo a la deriva.

Donde el viento mece la espera, donde la sombra mordió los bordes, allí, sin pluma ni lengua estaré yo, entre todas las palabras que mueren de tiempo.

Es tarde. La noche fluye sumergida en un reflejo abatido de luna y distancia.

Me lleva la corriente... y tú no me salvas.